jueves, 12 de mayo de 2016

LOS PULP


Continuando con lo visto en clase, dejo este fragmento de un texto aparecido en http://www.relatospulp.com/articulos/13-tematicos/48-ique-es-la-literatura-pulp.html

¿Quiénes fueron los autores pulp más destacados?

Ésta es la típica pregunta con trampa, y ciertamente difícil de responder. Para empezar, los escritores pulp eran en su mayoría excesivamente tímidos, huraños, y solían vivir encerrados en sus ideas visionarias, o en sus propios horrores, y la máquina de escribir era su única vía de escape —de no haber sido así, muchos de ellos quizás habrían protagonizado las noticias de sucesos como posibles psicópatas asesinos; no sería de extrañar—. Durante los años que duró el movimiento pulp hubo una enorme cantidad de escritores, todos ellos compulsivos, capaces de escribir cantidades ingentes de palabras en un solo día. Y aunque sus historias se vendían bien, e incluso muchos de ellos llegaron a tener sus fans, lo cierto es que como personas, apenas tenían “cuatro duros” para ir tirando.

El público solía seguir un nombre, la mayoría de las veces un seudónimo, pero no a la persona. Muchos de esos nombres o seudónimos que se repiten una y otra vez, son entre otros: Hugh B. Cave; Russell Gray; Norvell Paige; John H. Knox; Francis James, E. Hoffman Price, Clark Ashton Smith, y un largo etcétera. Sin embargo, si hay que destacar alguno por encima de todos, me atrevería a hacerlo con Robert E. Howard; y, como no, Lovecraft, un maestro indiscutible en las historias de terror tantas veces llevadas al cine, como es el caso de Re-Animator.

¿Y las portadas?

Probablemente, el fenómeno de las portadas es el verdadero responsable del gran éxito de los pulps. Éstas se vendían solas, y muchas veces los editores trabajaban primero dicha portada, y luego, encargaban alguna historia acorde con la misma, alterando de esta manera el orden lógico que se presupone. Hubo verdaderos artistas, y quizás uno de los más destacados sea Frank Rudolph Paul, un referente para ilustradores venideros tan reconocidos como es el caso de Virgil Finlay, o Frank Frazetta —merece la pena “googlear” un poco, y echarle un vistazo a este tipo de portadas—.

Las portadas pulp —especialmente las de tipo Weird Menace—, de ilustradores como John Newton Howitt, o Norman Saunders se caracterizaban por el uso de la mujer de una manera impensable hoy en día, pues en muchas de ellas se dibujaba la típica rubia explosiva, medio desnuda, y sometida a todo tipo de torturas imaginables; otras veces, en segundo plano, a los pies del héroe masculino; y otras, aparecía directamente violada por algún zombi o gusano gigante. En aquella época no se cuestionaba su validez ética o moral, y la representación del horror y el sufrimiento de esa forma tan palmaria, era algo que arrasaba en los quioscos.

No cabe duda de que se trataban de publicaciones para hombres, por eso siempre resaltaban la figura de la mujer como reclamo, o al menos esto es lo que pudiese parecer en un principio, porque según se dice, hubo muchas mujeres que no solo las leían, sino que también las escribían, e incluso otras como la artista Margaret Brundage —ilustradora de la revista Weird Tales—, eran quienes estaban detrás de esos dibujos tan aterradores. De todas formas, no deberías perderte este artículo, si deseas saber más sobre el papel de la mujer en la literatura pulp: Chicas Pulp. Más allá de la belleza.